Enviat per: Bernat | 8 Desembre 2010

Wikileaks, una organización demasiado “secret”

Efectivamente, una organización muy "secret"

Ante los acontecimientos que en las últimas semanas están acaeciendo por mor de la filtración de los “cablegrams” – nombre que se daban a los telegramas vía cable submarino, usuales en el mundo diplomático – en la Red a través del portal Wikileaks y algunos periódicos occidentales deberíamos hacernos algunas preguntas. ¿Qué es realmente el portal de filtraciones ( “Leaks”, en inglés)? ¿Qué persigue, quién lo financia realmente, quién es y de dónde sale Julian Assange?

Que hoy en día Wikileaks tenga su sede social en Islandia bajo el nombre de The Sunshine Press Productions no es casual: los gestores del portal – que no impulsores – consideran que es en el país atlántico donde se dan las mejores condiciones políticas para su supervivencia. Tanto a nivel económico – uno de los Impuestos societarios más bajos del mundo – como penales: los tratados de extradición que tiene con E.E.U.U. no contemplan el ejercicio de la libre expresión como razón para iniciar un proceso de estas características.

Contextualizar qué es – o quién está detrás – del portal Wikileaks debería ser tarea primordial de los mismos media que filtran los documentos del Departamento de Estado norteamericano. En teoría “es una organización mediática internacional sin ánimo de lucro que publica a través de su sitio web informes anónimos y documentos filtrados con contenido sensible en materia de interés público, preservando el anonimato de sus fuentes”, según reza en su portal. WikiLeaks se describe a sí misma como “una organización fundada internacionalmente por disidentes chinos, así como por periodistas, matemáticos, y tecnólogos de empresas start-up de los Estados Unidos, Taiwán, Europa, Australia, y Sudáfrica.”

Aquí empiezan las luces y sombras de la organización: los creadores de WikiLeaks no han sido formalmente identificados cuando su principal objetivo es la transparencia. Sobre la vida del hasta hace días portavoz, Julian Assange – desde el 7 de diciembre de 2010, Kristinn Hrafnsson ha tomado las riendas de la organización – , penden demasiados interrogantes. El primero de todos, quién es y de dónde sale exactamente : no se sabe ni su fecha exacta de nacimiento ni sus datos en el equivalente al Registro Civil. Por tanto  tampoco si es realmente australiano . No obstante  el nombre de Assange no es desconocido para algunos servicios de inteligencia : los ficheros dados a conocer por algunos de ellos no mienten y muestran un joven con amistades muy peligrosas.

Presuntamente Assange sabía con quién trataba y hasta hace muy poco: los datos de los soldados norteamericanos con licencia 35F – con acceso a Siprnet, la red utilizada por el Departamento de Estado norteamericano y el Pentágono – se los proporcionó alguien con un gran caudal de información “sensible”. Tal hecho conduce a diversas hipótesis : la primera apunta al mismo Pentágono – la filtración sería un ajuste de cuentas entre CIA y Departamento de Estado – , la segunda a una labor de espionaje indirecta, donde Assange hubiere corrido con los riesgos de la captación del “dummy boy” o tonto útil ( en este caso, el soldado Manning ) y un tercer país u organización hubiere disfrutado primero de la información ahora publicada. La tercera – que Assange tenía acceso a dicha información por sí mismo – abre un interrogante muy grande sobre el grado de confidencialidad existente hoy en el Ejército norteamericano.

Sea como fuere, Assange no cumple con los requisitos de lo que comúnmente se llama “espía”. El afán de notoriedad que ha caracterizado su gestión de Wikileaks, (una de las reglas de oro del espionaje internacional es pasar desapercibido ) juntamente con sus hábitos vitales lo descalifican: un profesional de la infiltración difícilmente hubiere mantenido relaciones íntimas  con desconocidas. Mucho menos susceptibles de ser consideradas violaciones, tal como reza la rígida ley escandinava.

Otro interrogante sin resolver es quién o quienes estuvieron financiando el portal desde hace cuatro años: para mantener Wikileaks se ha necesitado  mucho dinero. Si se acepta como cierta la teoría de que el lanzamiento del sitio se realizó en diciembre de 2006 y sus actividades reales se iniciaron en julio de 2007 , los gastos deben haber sido cuantiosos . Durante todo este tiempo se ha estado pagando personal contratado e informadores, (aunque la propaganda oficial diga que se trata de transacciones gratuitas, los hechos demuestran lo contrario ), lo cual nos lleva a la sospecha de que el portal ha podido vender información a terceros para subsistir. Tal razonamiento cobra verosimilitud cuando se sabe –  el mismo  Assange ha sido la fuente – que entre los 1,2 millones de archivos que se le calculan a Wikileaks habría muchos de tipo mercantil , susceptibles de tener un gran valor económico. De hecho en su página web la organización se ofrece a recibir filtraciones que desvelen comportamientos no éticos por parte de empresas de todo el mundo.

Bien colaborador o bien a sueldo, Assange sabía y sabe muchas cosas. Como por ejemplo cómo y dónde contactar con el soldado de primera clase Bradley E. Manning (según el Departamento de Defensa de Estados Unidos, el culpable de las filtraciones más conocidas difundidas por Wikileaks) y convencerle de las bondades de jugarse su carrera militar para llevarse documentación del Departamento de Estado gracias a su puesto en una base de Bagdad . Dejando de lado la versión oficial ( el ego de Manning se desbordó y acabó contando en un chat sus logros ) el “modus operandi” del soldado muestra la presunta relajación del Ejército USA: “Entraba con un CD regrabable con un rótulo en el que decía Lady Gaga, borraba la música y grababa un archivo comprimido […] Escuchaba y cantaba la canción de Lady Gaga Telephone mientras cometía el que posiblemente es el mayor robo de información de la historia americana”. Que el presunto delator del escándalo sea un un “hacker” arrepentido y condenado por introducirse en las redes de The New York Times y Microsoft no es casual: da veracidad a la historia y muestra al soldado Manning como alguien que actuó de manera solitaria y un tanto alocada. Quizás no sea así: se supone que Manning los documentos fueron sustraídos en noviembre de 2009. Wikileaks no emitió el vídeo de la matanza de Bagdad hasta abril de 2010 y los militares no le detienen hasta un mes después, cuando el “hacker” Lamo consuma su presunta delación. Demasiado tiempo para que alguien que hubiere sabido realmente el alcance de esos miles de documentos hubiere negociado el futuro de ellos con quien hubiere preferido. Lo más probable es que el autor de la sustracción no supiere exactamente lo que podrían llegar a significar esos archivos y a cambio de relativamente poco los hubiere sacado de su emplazamiento y entregado a Assange…o a quien fuere. Porque la versión oficial – nadie más que Manning y Wikileaks han tenido acceso a los encriptados – no se ha podido demostrar hasta ahora, la cual cosa  podría llevar a diversas hipótesis de trabajo. La primera es que la filtración de Manning pudiere no haber sido la primera a través de una red potencialmente insegura (era accesible por tres millones de personas a la vez ) . La segunda – consecuencia directa de la primera – es que muy probablemente el material publicado presuntamente ya fuere conocido en parte por alguna que otra cancillería afectada por las revelaciones publicadas esta semana.

La situación ha revelado algunas contradicciones políticas en España: mientras la Ministra de, política social e igualdad Leire Pajín sostenía que las filtraciones de WikiLeaks no se podían permitir , alguien más experimentado como Marcelino Iglesias (secretario de Organización de su propio partido) afirmaba que su partido no estaba preocupado por las revelaciones del portal.

Probablemente Iglesias lleve parte de razón: el impacto de las filtraciones en las opiniones públicas de los países puede ser relativo y mucho menor del esperado por los miembros de WikiLeaks. Podrían tener mayor repercusión en la opinión pública las filtraciones sobre los comportamientos del mundo financiero que no las revelaciones de tipo diplomático. Pero son las primeras las que probablemente utilice Assange para negociar su no extradición a Suecia: la reordenación bancaria de Gordon Brown – afectando a millones de británicos – , el intervencionismo inglés en África ( con la impopular guerra de diamantes de por medio ) o los secretos de la Guerra de las Malvinas podrían ser causa suficiente como para repensar el concepto de “sexo por sorpresa” a David Cameron.

Si no se hubiere cambiado la legislación antiterrorista en los EE.UU., el futuro de Assange tampoco sería tan opaco en caso de extradición a USA: hay jurisprudencia a su favor en caso de filtraciones del Departamento de Estado al exterior. Daniel Ellsberg, el hombre que publicó los Papeles del Pentágono en 1971, fue absuelto de toda culpa por la Primera Enmienda. Con el añadido de que Wikileaks ha ido comunicando periódicamente al Pentágono el contenido de lo publicado. No obstante la modificación de la Ley de Secretos de Estado aprobada esta semana posiblemente anule toda jurisprudencia y atenuantes al considerar la filtración un elemento “que pueda favorecer actos terroristas contra intereses nacionales”.

Wikileaks, demasiados interrogantes por contestar…..


Deixa un comentari

Categories